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La higiene en tu cocina

En el post de hoy trataremos un tema muy importante que debemos tener en cuenta para llevar unos hábitos de vida saludable.

En primer lugar es fundamental mantener la cocina limpia y ordenada puesto que allí se manipulan los alimentos y cuya falta de higiene puede crear focos de contaminación, como puede ser a través de las manos por hábitos inadecuados de limpieza o a través de los restos de saliva que se producen al toser, estornudar o hablar, que pueden contaminar tanto el espacio de manipulación y el alimento. Otro foco de contaminación puede ser que el agua esté contaminada o por el lavado de alimentos con agua no potable, utensilios mal lavados y ropa contaminada.

Por otro lado tanto para evitar problemas de salud como para mantener la calidad nutricional de los alimentos es imprescindible su adecuada conservación y correcta preparación.

Con la llegada del verano y las altas temperaturas debemos extremar estas medidas, ya que el riesgo de que se desarrollen microorganismos es mayor, evitando así en gran medida posibles intoxicaciones alimentarias, siendo la más frecuente la salmonelosis.

Estas enfermedades de transmisión alimentaria se producen por la ingesta de alimentos contaminados por microorganismos (bacterias, virus, parásitos) o sus toxinas, que llegan a los alimentos por una inadecuada manipulación o por una mala conservación de los mismos.

Estos son algunos de los consejos que te proporcionamos:

  • Despensa: debe ser un lugar fresco y ventilado. Se deben alejar los alimentos de la luz y de las fuentes de calor (deben estar a unos 17ºC) y evitar que estén en contacto con el suelo.
  • Frigorífico y congelador: mantenerlos limpios, lavandolos con agua y jabón antes de meter la compra semanal y cada 3 meses realizar una limpieza más profunda.
  • Basura: siempre debe mantenerse tapada, lo idóneo es un cubo con pedal.
  • Utensilios de cocina: aquellos que se usan habitualmente para la manipulación de los alimentos como las tablas de cocina deben limpiarse con agua, jabón y un cepillo después de cada uso.
  • Los animales domésticos no deberían entrar en la cocina. Si tienen que comer allí se debe colocar el comedero en un rincón que debe lavarse tras cada comida.
  • Los productos de limpieza deben colocarse siempre separados de los alimentos. En ningún caso pueden entrar en contacto con la comida. Es conveniente disponer de un cierre de seguridad y que no estén accesible a los niños.
  • Bayetas y trapos: se recomienda emplear un trapo o bayeta para cada uso, que se deben lavar y escurrir después de utilizarlos. Las esponjas y cepillos quedan perfectas si se lavan en el lavaplatos. El cambio de paños y bayetas debe hacerse a menudo. Los trapos que se utilicen para secar los platos y limpiar la cocina deben estar limpios. Es recomendable lavarlos por lo menos una vez a la semana con agua caliente.
  • La zona donde se cocina debe estar limpia y se puede lavar con una solución de cloro especial para la cocina (cuidando que el mismo luego no se mezcle con los alimentos) o con alguna solución comercial bactericida.
  • El drenaje del fregadero de la cocina puede ser un foco de acumulación de gérmenes. Se recomienda echar una solución específica desinfectante, especialmente donde se haya preparado carne o productos derivados de animales muertos, esto se debe a que estos desechos se quedan en el drenaje y pueden crear un ambiente perfecto para que se desarrollen las bacterias.